sábado, 14 de marzo de 2009

Fachadas Humanas


En mi trabajo me relaciono con políticos, también con personas de carne y hueso, y no es que una cosa excluya a la otra, ni mucho menos, es sólo que a veces, lo parece.

Quisiera hablar del ego, y de las fachadas que a veces nos ponemos. En estos últimos años, me he conocido más que en los 30 y pico anteriores, y he descubierto, para bien o para mal, que soy un tanto especial. Con ello no quiero decir que sea mejor ni peor que los demás, pero he reconocido que durante el transcurso de los años, dónde otros fueron cubriéndose de capas, yo fui descubriéndome. Mi físico lo denota, fui una niña gordita y hoy, soy una mujer delgada, y no porque haga régimen sino porque así se ha desarrollado mi cuerpo como reflejo de mi alma. El miércoles una compañera nutricionista me decía que la grasa te protege y que la gordura es sinónimo de miedo. Eso me hizo pensar en mi misma, y quizá otros puedan pensar también tras estas reflexiones.

La vida suele ser dura, o no. Pero aunque no lo sea, nos amenaza con posibles desgracias que no sabemos que superaremos hasta que no ocurren. Las personas tememos encontrarnos ante determinadas situaciones que nos pueden provocar dolor, como rupturas sentimentales, enfermedades y otras soledades. Lo curioso es que cuando ocurren sacamos siempre la fuerza que necesitamos para salir adelante. El problema es el miedo, lo desconocido y eso hace que nos protejamos ¿cómo? Con capas, que bien pueden ser capas de grasa, bien de mentiras, o bien pueden ser puras corazas que se manifiestan en una mirada inquietante, una manera de vestir estrambótica, o en una belleza de plástico. En el fondo de todo eso radica el mismo mensaje: no os acerqueis a mi, podríais herirme y no sé si lo superaría. Miradme desde lejos porque tengo miedo, ¿cuántas personas no son así?.

Un día, no hace mucho, me miré al espejo y no sabía quién era exactamente la persona que en él se reflejaba. No sé muy bien porqué tuve la intuición que aquella sensación no era positiva. Hablando con un profesor de lo perdida que estaba, me dijo que no me preocupara, que yo tenía recursos psicológicos y que estaba viva; lo sé por el brillo de tus ojos dijo, y en realidad era cierto, mis ojos son pequeños pero brillan. Aquello me hizo pensar que quizá debajo de todos mis disfraces había una luz que enviaba destellos, y en plan metafórico inicié su búsqueda, despojándome de esas capas de protección que tantos años me había costado crear. La primera sensación, el miedo y el desamparo. La siguiente, el sentirme más viva, más despierta, más atrevida. Después de eso me hicieron daño, algunos me atacaron, pero me supe defender, había algo dentro de mi que me avisaba ¡cuidado! No es oro todo lo que reluce, recuerda que tú también fuiste una mujer acorazada, y la gente creía que eras una persona agradable, dulce, segura de sí misma, era después cuando te quedabas sola que sabías que aquello no era del todo real, y cuando se te acercaba alguien que te hacía sentir más de la cuenta huías despavorida, y le hacías daño antes de que te lo hiciera a ti. Pero eso no hacía que te sintieras mejor, te creaba otra capa, un piedra más en tu mochila. Y siempre al final, tenía un precio: la insensibilidad, la anestesia vital. Porque si no eres capaz de entregarte y arriesgarte a sufrir, morirás sin saber lo que es vivir realmente, y esa es una elección que todo ser humano debe hacer.

Hoy observo a las personas con más tranquilidad que antaño, no me comparo con ellas, no aspiro a tener lo que ellas tienen y yo no. Me siento plena con lo que tengo, y sé que cuando se cree un vacío, tras un tiempo de incerteza, algo nuevo lo llenará. Intento fluir, aunque no resulta del todo fácil, la tentación de acorazarse siempre está ahí. Soy una mujer sin máscaras, o con unas pocas, y eso hace que muchas personas se me acerquen, y que algunas, las menos, vampíricas, intenten absorver la energía que desprendo. Pero mi luz me avisa, y me aparto de ellas o simplemente, no me acerco. Tengo grandes amigas y siento por ellas un amor inmenso, pero a veces, las veo lejos, buscando todavía esa manera de cubrirse, de enfrentarse a sus miedos con mantos y disfraces que las convierten en chicas diez, en mujeres de hoy en día, del siglo XXI, activas, liberadas y estresadas. No sé en qué parte del camino de la liberación femenina llegamos a crear la idea de que una mujer tiene que estar estresada para ser moderna, tiene que tener una vida social intensa, tiene que follar asiduamente, tiene que trabajar con éxito, ser madre sin perder su atractivo, ser esposa sin dejar de atraer a otros hombres y dejarse la piel en conseguirlo ¿para qué? Para conseguir ¿qué?. Que los hombres se pierdan, que se reboten en su papel de seductores irremediables y se aferren al Peterpan que llevan dentro, y que les impide entender que el amor es mucho más que el mero enamoramiento. A lo mejor en esa imagen de liberación que hemos creado, nos hemos hecho más esclavas de nuestro falso ideal y hasta menos femeninas convirtiéndonos en burdas imitaciones de lo que nunca seremos: un hombre. No lo sé, es sólo un apunte.
Dije en uno de mis posts que me apetecía relacionarme con hombres más allá del sexo. Y es que creo que en mi papel de mujer de hoy en día me perdí en eso de ser “atractiva”, de ser sexualmente activa y liberal, de no necesitar a un hombre para nada, porque al final, si estás sólo, la compañía te la dan los amigos, y el sexo puedes obtenerlo en cualquier parte. Y es cierto, pero no lo es. Porque cuando te vas despojando de tus capas, empiezas a entender, que ya no te interesa el sexo si no es para compartir sentimientos y sensaciones, que las cosas si no van más allá, no van, se estancan y se derrumban. Y una está aquí para avanzar. Quizá he tenido que sentirlo y perderlo para valorar lo qué es, aunque en el fondo sé, que era necesario, y que volveré a sentir lo mismo, o más, en otro momento más receptivo de mi vida. Y he descubierto, dialogando, que los hombres están perdidos, que no se encuentran, que también necesitan compartir y que también tienen miedo a sufrir, y sobre todo, a mostrarse débiles. Y se esconden en roles de machito que ahora ya no les sirven pero que han aprendido con los años. Sí chicas, nosotras también tenemos un papel en todo eso, y pasa por dejar de escudarnos en las críticas al sexo contrario mientras seguimos operándonos los pechos. Pasa por mirarnos al espejo y sentir que en su reflejo encontramos a la mujer real que habita en nuestro interior.

Por eso la política me resulta curiosa, porque independientemente del partido al que pertenezcan, se nutre de gente que es, o demasiado humana o demasiado máquina, no hay término medio, y en este submundo, compite y se autoregula, porque se necesitan entre ellos. La política es pura fachada en cierto modo, pero se conforma de dos tipos de personas: las que tienen una sensibilidad especial que hace que dediquen gran parte de su vida a intentar mejorar la vida de los demás, y las que tienen un ego tan fuerte como autodestructivo que hacen de la fachada el elemento más importante. Que se preocupan por obtener su fachada personal, que en el fondo no es más que el alimento de una máquina que crea más y más soledades. Leía hace un rato el blog de Pere Nieto, y una discusión sobre los sueldos de los consellers entre varios políticos y un anónimo. Me reservo mi opinión respecto al tema en cuestión, pero me llama la atención que el anónimo no se descubra, cuando en teoría tienen mucho más que perder aquellos que firman con nombre y apellidos, y que se mojan en cosas que algún día pueden perjudicarles sin que nadie les apoye.

En la política, y en la vida, prefiero fiarme de aquellos que dan la cara, y que se arriesgan a sufrir en un futuro sintiendo a tope el presente. Por que eso, y aunque ni siquiera ellos lo sepan, es una forma de amar intensamente. Porque cuando te amas a ti mismo sinceramente, confías en que la vida te proporcionará la fuerza que necesites para superar lo que venga, y entonces trasciendes el ego, no te vendes más y eres capaz de darte y de relajarte en el flujo de tu propia existencia. Y no nos engañemos, no todo aquel que dice ser libre y vivir el presente lo es realmente, muchas veces eso también es una pura fachada. Hace falta un gran esfuerzo y mucha humildad para vivir el momento intensamente y sin miedos.

No sé porque la vida, en estos últimos meses, me ha puesto delante de esos hombres y esas mujeres que yo creía plenos y felices, y que se desmoronan ante la sinceridad de mi blog, y me dicen, de la mejor manera que saben, que su vida no les satisface. Yo no soy feliz viendo que los demás no lo son, quizá algún razonamiento positivo deba extraer de eso, como intento hacerlo de todo. Y lo que siento, es que se genera en mi una tristeza que se transforma en un deseo de acoger y de sanar a mis congéneres. Quizá eso sea el amor, o quizá, paradójicamente, lo que acaba esclavizándome y llenándome de una confusión extraña, el amor ¿es necesidad de ayudar o es el ego de uno el que busca el sentido de su vida en que los demás lo necesiten?. Y otra vez me encuentro con la disyuntiva de poner unos límites que reconstruyan mi personalidad, y de entender que a quien mejor puedo ayudar es a mi misma. Es complejo, lo sé, pero necesitaba explicarlo.

Me siento sola en esto de liberarme de las fachadas que mis miedos crearon, y viene a mi mente esa frase de ese libro que Pere nombraba, 1984, “ser el único miembro de una minoría, no significa estar loco”. Esa lucha por encontrar la autenticidad de mi ser, es mi Màtrix personal. Y si la gente conmigo dice lo que siente, será por un deseo inconfesable de despojarse de todo eso que no es realmente suyo y que creen que les protege, porque también se miran al espejo y ven una luz que sale de su interior y que ya no reconocen como suya. Y para decir cosas que piensan y que quizá no sean tan descabelladas, firman como “anónimo”, y, en ese pequeño detalle, dejan de ser auténticos. O invierten su energía en crear la imagen de mujer perfecta que alguien nos vendió, para atraer a hombres con fachadas que no se muestran por miedo a defraudar a una sociedad que nos quiere así, llenos de miedos y de mentiras. Pero, eso sí, siempre jóvenes y guapos. No, Pere Nieto, 1984, ya no es un libro de ciencia ficción. Y en esa lucha entre opuestos nos encontramos.

Regreso a los inicios de mi blog, y quizá he vuelto a emplear, sin querer, un tono más serio e impersonal. Puede que ya nunca vuelva a ser aquella chica superficial que hacía reír a sus amigas escribiendo sus devaneos con los hombres. A veces la echo de menos. Pero si éste es el momento en el que hoy me encuentro ¿no sería poner una barrera dedicarme a escribir cosas que no siento sólo por que creo que os gustarían más? Al fin y al cabo, como dice Xavito, la vida no es más que un constante reinventarse a uno mismo sin renunciar al auténtico yo que anida en nuestro interior, de todo capullo nace una flor, ¿alguien me sigue?.

Bridget (enunaciertaparanoialosé)

7 comentarios:

  1. Eva,
    Molt interessant tot el que hi dius.
    M'has fet pensar una mica i, més enllà, m'has donat una bona dosi d'autoestima: fa temps que m'he alliberat d'algunes capes (no per mèrit exactament, ja que n'hi ha que no les he arribat a tenir), fa temps que no crec gaire en els diners, en la imatge personal buida, en les dones que anuncien cotxes mig despullades, en les que porten escots perquè les mirin al metro, en la cirurgia no-reparadora, en els massatges com a substitut de les carícies... I em pensava que estava força sol. La soledat de qui postul·la coses del segle passat potser, del qui creu en la lectura, en la cultura, en la conversa, en les abraçades... del qui desconfia de qui se'n va al llit (de qui se n'aniria) a les poques hores de conèixer-te. I ves per on, ara tu dius coses ben sucoses en el teu post i em fas sentir algú. I potser penso que entre les capes que m'havia tret, n'hi havia una que contenia la meva pròpia imatge, la que hauria d'haver conservat de mi mateix sense menysprear-la, la que hauria de fer que quan algú em diu "que bonic que ets" m'ho cregués, en lloc de pensar que és una frase retòrica o de cortesia, fins i tot venint de qui més m'estima.
    I tens raó, els teus ulls brillen.

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  2. Dicen.....que somos el espejo del alma, que depende de en que momento de la vida estemos viviendo, de como nos sintamos somos imanes para un tipo de personas o otras...
    Hubo un momento de mi vida...en la que yo me sentía perdida y sola en el camino ya atraía a parásitos de la sociedad que andaban más perdidos que yo y solo querín vivir gracias a mi energía y mi lucha constante...
    Lo bonito de esta vida es quererse tal como eres...levantarte por las mañanas y ponerte guapa para ti misma, no para los demás y tu imán te acercará gente interesante que te refuerce en al vida y te haga más feliz...
    Sonreir es gratis pero QUERERSE Más!!!!
    YO ME QUIERO MUCHO!

    Dewa.

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  3. Moltes gràcies per les teves referències. Em fa il·lusió que em llegeixis i segueixis allò que escric. És curiós com ets capaç de parlar de política i de sexe alhora (je, je). Estic convençuda que la teva dedicació al Districte et permet veure amb cruesa la política. I és cert que té moltes cares. No pots explicar-ho tot, però segur que estàs flipant ...

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  4. Después de un tiempo leyendo tu blog (me lo recomendó uno de tus seguidores) me atrevo a hacer un comentario o varios sobre este post, q me ha gustado muchísimo porque creo q tratas uno de los principales males de nuestra sociedad: las máscaras o fachadas humanas como recurso para ocultar la debilidad, q es simplemente una demostración de q somos humanos, de q sentimos, padecemos y disfrutamos. De lo contrario, seríamos máquinas (haces referencia a 1984, yo apunto otro q va q ni al pelo para tus comentarios sobre los sentimientos, el amor y el sexo, Un mundo feliz, y al igual q 1984 también se han cumplido algunos de las ideas q desarrolla). Esas capas o esas máscaras q muchos se ponen, intentan vender (y digo vender al caso, porque estamos en la sociedad del consumo y aquí solo se compra lo q huele a éxito, belleza y placer, así q si quieres q te “compren” más vale q muestres esa imagen porque sino no te compra ni tu tía) una imagen de “¡qué feliz soy!”, “estoy super seguro de mi mismo”, “soy un triunfador” en resumen… “Dime de q presumes y te diré de qué careces”… Esa imagen creo q se da sobre todo en el caso de la mujer, q parece estar obligada a ser una super ejecutiva agresiva al modo Amanda de Melrose Place, pero cada vez más se extiende entre los hombres… Se vende una imagen superficial en la q el consumo y el placer sustituyen a la capacidad de sentir, a los sentimientos, como motor de la vida y felicidad humana. Se busca la felicidad a través de la facilidad en nuestro modo de vida, porque no hay nada más fácil de conseguir q el consumo y el placer, algo rápido y cómodo pero escasamente satisfactorio, eso sí, no te da ningún quebradero de cabeza. Y esto enlaza con una de las cosas del post q más me ha gustado “Porque si no eres capaz de entregarte y arriesgarte a sufrir, morirás sin saber lo que es vivir realmente, y esa es una elección que todo ser humano debe hacer”, no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación, q podríamos decir q es casi mi leitmotiv. Cuando uno opta por esta vía se arriesga a mucho, a sufrir, a pasar lo mal, pero también a sentir la felicidad más plena, y es q "El q no arriesga no gana" (sobre esto diferencio entre dos tipos: los q tienen la capacidad de sentir, y los q no la tienen, bien porque la intentan tapar con máscaras tal y como dices, o bien porque a penas tiene desarrollada esa capacidad (yo conozco casos y es lo q más tristeza da en la vida)). Todas tus palabras me han recordado a una de las parábolas de El profeta de Gibran Kalhil Gibran q pongo aquí aún a riesgo de alargarme demasiado, pero es q me encanta y enlaza totalmente con lo q dices: “Pero si presas de temor buscáis tan sólo la paz del amor y el placer del mismo. Entonces será preferible que tapéis vuestras desnudeces y escapéis de la agitación de amor. Y entréis en ese mundo sin estaciones donde podréis reír, pero sin que llegue a ser completa vuestra risa, y lloraréis, pero sin verter todas vuestras lágrimas.” Aquí hace referencia al amor, pero se puede extrapolar a otros ámbitos de la vida, y es q el problema de esta sociedad es ese, por no sufrir prefiere no arriesgarse a vivir, renunciando a lo más bonito q tiene, el sentirse pleno no por lo q compra, posee o aparenta sino por lo que siente…

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  5. No sé com però…..”he arribat” al teu blog. T’acabe de llegir "fachadas humanas", és l’únic escrit que t’he llegit. És una agradable sorpresa trobar-me amb un llenguatge senzill i clar. El tema que planteges és gratificant: jo el relacione amb la maduresa, amb l’autenticitat, amb el camí del temps. Un viatge interior que arranca amb els clàssics i continua amb nosaltres avui. Tu l’has situat d'una manera encertada i sorprenent en el temps i en l’espai. Gràcies.

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  6. He descobert el teu blog via el teu perfil de FB, i dec ser un d'aquests polítics que analitzes, el que no sé es que si soc una màquina o massa humà. Cap de les dues opcions em semblen exactes, la primera son els que es troben en la plena cursa del poder o l'autocomplaença amb una imatge que volen projectar, i la segona al menys a mí no em defineix, ho faig perquè m'agrada i li veig la motivació i indirectament crec que millora la societat, però primer ha de motivar-me a mí, no soc generòs, soc egoista i si faig quelcom és perquè em fa sentir bé i perquè m'agrada aprendre, entendre coses i que aquestes tinguin un reflexe a la societat i puguin ser de profit a d'altres, però encara que el mitjà és millorar els serveis públics no és la finalitat, cerco el trobar-me millor, el sentir-me realitzat.

    Per tant no soc del grup de "molt humans", i no m'identifico amb les màquines. Potser sigui un "replicant" dels de Blade Runner.

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  7. Hola guapa!Primero decirte que me encanta la foto del inicio con el cabello al viento!
    Segundo, creo que lo más importante y difícil a la vez es aprender a amarse a una misma con sus virtudes y defectos, valorar y agradecer las personas que tienes a tu alrededor y las cosas que te aporta la vida en cada momento para no dejarnos llevar en ocasiones por la soledad y sentimientos de falta de afecto que nos llevan a tomar decisiones no siempre adecuadas para nosotra/os.
    Pero somos humanos y a veces nos perdemos por el camino, simepre estamos a tiempo de reflexionar y encaminarnos de nuevo, no?

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