viernes, 10 de julio de 2009

EL REY DE SALEM

Arrastro ciertos miedos, ciertas antiguas creencias, ciertas limitaciones, ciertos traumas…eso me dijo Paco el otro día…”a veces creo que eres mi alter ego…hablar contigo fue como mirarme en un espejo, y escucharte, atender a cosas que ya sabía en el fondo de mi mismo y que no me atrevía a reconocer, te odio por eso Bridget, pero también agradezco tu sinceridad…”. Él no lo sabe, pero es de lo más bonito que me han dicho, por honesto, por crudo y por real. Él sabe decir cosas positivas de una forma tan natural y tan dura que pueden pasar desapercibidas. Es curioso como a veces, lo más revelador te viene de personas con las que mantienes un contacto efímero…

Por eso quería explicar los cuatro días que pasé en Cadaqués. Nos fuimos a Pineda para Sant Joan, a una fiesta de solteros: Laura, Mercé y yo. Esa parada era sólo el inicio de una travesía que acababa en Cadaqués. Laura lleva diez años diciendo que quiere ir y nunca va. Esta vez, tras aprobar las oposiciones que le costaron un duro año de encerramiento, le dije: ¡cojámonos unos días de fiesta y vamos de viaje por la Costa Brava! Ese será el preludio de nuestro viaje a Cuba, este verano, Laura y yo solas, con un sentido de la orientación nefasto, una mochila y veinte días ante nosotras para recorrer la isla de cabo a rabo.

La fiesta de solteros fue un experimento sociológico de lo más enriquecedor. Un montón de mujeres, para muy poquitos hombres ya emparejados. El panorama auguraba una noche de Sant Joan de borrachera y risas entre nosotras tres. Aún así, el destino quiso que Artur se cruzara en nuestro camino. Él único chico de la fiesta que iba sólo, vino a sentarse al lado de Mercé, que antes de que llegara el primer plato, ya se había pimplado media botella de vino, y le dio por meterse con él como sólo ella sabe hacerlo. Afortunadamente, Artur es un hombre de mundo que no se indigna con los comentarios sarcásticos de una borrachilla demasiado ocurrente. Cuando empezó a sonar la cutremúsica, saltaron a la pista y empezaron a bailar. Laura y yo nos quedamos en la mesa, con la sensación de ser las típicas solteronas de una boda de cholillos a las que nadie saca a bailar, hasta que nos cansamos de nuestro sentido del ridículo, y movimos nuestros cuerpos mientras nos nutríamos de cubatas a tres euros. Fue una noche entrañable, nos reímos y disfrutamos con una ligera sensación de ser un gueto de cuatro personas entre una muchedumbre desaforada por lucir su cuerpo, beber sin límite y abrazarse con el “amigos para siempre”. Hubo un momento para la disertación. Artur, me preguntó algo así como, cuéntame acerca de esas limitaciones de la mente lógica de las que hablabas en la cena. Y yo le contesté amenazadora: ¿te cuento mi vida?. Mientras él respondía con un tímido asentimiento de cabeza, yo, menuda soy yo, ya estaba soltándole, entre cubata y cubata, la retahíla de historias que me definen. Cuando acabé, medio afónica, él también me contó algo de la suya: tenía la cordura, el bienestar, el entendimiento, pero buscaba la pasión, y buscaba el porqué de esa búsqueda que le hacía terminar con todas las cosas buenas que tenía en su vida. Sé algo de eso. Pero la música sonaba, y Mercé le esperaba en la pista. Pasamos todos juntos esos dos días en Pineda, y disfrutamos de esa sensación de tranquilidad que te proporciona un pueblo de mar y esas ganas de reírse a carcajadas de uno mismo y de los demás, que hacía tiempo tenía olvidadas. Mercé es única para eso. Al final nos despedimos, nos dimos los teléfonos y dijimos que algún día volveríamos a quedar…no sé si lo haremos. Creo que no. En cualquier caso desde aquí, como siempre intento hacer, un pequeño homenaje al único hombre soltero de una fiesta de solteros, que consiguió que fuéramos la envidia de todas las demás.

El viaje lo continuamos Laura y yo solas, una noche tranquila en Palamós, recorrido por las playas de la zona que recomendaba la guía que Laura se consiguió, y cervecitas y chiringuitos a más no poder. Cuando llegamos a Cadaqués ya estábamos bronceadísimas. El viernes lo pasamos de calita en calita, tapas en el Cap de Creus, baños de agua congelada y transparente…¡qué maravilla!. Hacía mucho que no iba a Cadaqués, siempre fui en pareja, y al llegar, un sentimiento de nostalgia recorrió mi alma, Carles y sus fotos increíbles, Mario y nuestro bautizo de submarinismo…días románticos y tranquilos en aquel pueblo mágico de artistas, músicos y freakies. ¿Marcha en Cadaqués? No la esperaba realmente, aunque Jamina nos había dicho: “id a ver a mi amigo Carles y os dirá dónde la encontrareis”. Así lo hicimos. Tras una cena con vino, unas cervezas con Carles, unos mojitos en el Habana Café, entramos haciendo eses en el local de moda y nos tomamos el primer cubata de la noche. Danzábamos al son de Michael Jackson, ni siquiera nos habíamos enterado de su muerte, y nos reíamos comentando que en aquel pueblo tan apartado se quedaron en Thriller, y Billie Jean…

Laura divisó un grupo de chicos de los cuales dos eran guapos, uno era normal y el otro era feo. Cuando los chicos se acercaron a nosotras uno de los guapos se quedó por el camino hablando con otras, el guapo restante se lanzó a por Laura como si hubiera visto a la Virgen María y a mi me tocó…el FEO. Intenté entablar una conversación con el normal y después de una de mis parrafadas de borracha me contestó: IO NON PARLO SPAGNOLO. Lo siento pues, si no hablas español ni catalán, no eres mi hombre yo necesito conversación a destajo y más después de todo lo que he bebido. El Feo, también era italiano, pero hablaba español perfecto, y si no fuera por que me devoraba con la mirada y aprovechaba la más mínima ocasión para posar sus manos por todo mi cuerpo, hasta podía haber tenido alguna posibilidad, porque era simpático, divertido e interesante y yo, hace ya algún tiempo que paso del físico…

Cuando pusieron Alaska, Laura y el chileno (su chico guapo) ya estaban babeando el uno con el otro, así que yo, empecé a saltar y a bailar a mi rollo el “aquienleimportaloqueyohaga”. Estaba en trance místico, cuando alguien por detrás, me agarró del brazo y me dijo con un catalán muy de allí: “es lo que dice mi amigo, que estas canciones las ponen para delatar la edad de la gente, tú pareces jovencita, pero si te sabes esta canción de memoria es que ya pasas de los 35.”. Me giré indignada, dispuesta a soltar uno de los cortes por los que últimamente me estoy haciendo famosa, y vi más lejos, al supuesto autor de la frase, al amigo del que la verbalizó. Me quedé un poco flaseada. ¿De qué me suena este tío?. Así que finalmente, contesté como pude sin perder mi sonrisa…¿quién coño era aquél que miraba desde la barra y ordenaba a los demás lo que tenían que decir?. Separé dos segundos a Laura de su chileno, y le pregunté: ¿no te suena de algo?. No, dijo ella. Y mientras escudriñaba mi cerebro, se acabó la música y cerraron el bar. Ya eran las tres, y el italiano me dijo, mientras me manoseaba, que en Cadaqués todo el mundo acaba la fiesta en un freakie local que se llama L’Hostal. Y fuimos.

L’Hostal es un bar lleno de cera de velas que se derriten constantemente, al que va todo el mundo, porque es el único que hay. Cuando llegamos, Laura y el chileno ya estaban en otro nivel y yo, sola con el Feo, seguí bebiendo como una cosaca. Empezamos a bailar, y tengo que reconocer que me lo pasé genial. Me encanta bailar desaforada en un sitio donde nadie me conoce y el chico me seguía el ritmo. Tras unas horas de bailoteo y de hablar con unos y con otros, me dirijí al lavabo a descargar todo lo que había bebido, y alguien cerró mi paso. Era un hombre en la tercera edad, de esos que parecen no haber evolucionado des del mayo del 68, con unas greñas laaaaaaaaargaaas y blaaaancas y una pinta de colgado que ni os cuento. Se me plantó delante y dijo: PAUUUU. Yo me quedé un poco perpleja, el alcohol y el cansancio que no notaba no me dejaban reaccionar, al final tímidamente, levanté mi mano izquierda con los dedos en forma de V, y asentí diciendo: pau brother!! A lo que él me contestó: que no!! Que me llamo Pau tía, que cómo te llamas tú??. Y yo: ahhhh, ja,ja,ja yo me llamo Bridget y me estoy meando.

Después ya borrachísima bailando con el italiano, vi pasar a Pau y le dije: eeehhhh, Paaaauuuu hooooolllaaaaaaaa!!! Y él me miró extrañado, se acercó a mi y me dijo: perdona ¿nos conocemos?. Y yo : ¿será posible con el abuelo éste?, pero si hace un rato que nos hemos presentadoooo. Él me dijo: disculpa, es que yo vivo el momento y cada diez minutos me olvido de todo. ¿cómo te llamabas? Y yo: joooooooooodeeeeeeerrrr, me llaaaamoooo Briddddgggeeeeettt y dentro de diez minutos te lo pregunto otra vez. Él: y si me acuerdo ¿me darás un beso? Y yo: si hombre síiii, que pesaoooooo!!

Entonces, llegó el Chileno y me dijo: vámonos tu amiga, mi amigo, tú y yo a nuestra casa, que tengo un brebaje que hará que baileis hasta el mediodía. Buuuuuufff!! Pero si yo no quiero bailar hasta el mediodíaaa!! Yo a estas horas he bailado lo suficiente como para estar tres meses sin moverme. Y él: vaaaaaa!!

Primer dilema de la noche: a mi amiga le gustaba el chileno, pero a mi no me gustaba el italiano ¿tenía que acompañarla incluso hasta el lecho conyugal?. Si lo hacía, desde luego, era para irme a dormir, y lo que menos me apetecía en ese momento era eso. Así que le dije: Laura, vete tú, yo me quedo con las llaves del hotel y ya te abriré la puerta cuando llegues. En cuanto se fueron, cogí al italiano, lo senté en la barra y le dije: ven aquí que te invito a un cubata, oootrooo cubata más, y yo ya medio balbuceando, le dije: mira chato, voy a ser franca, si quieres que sigamos bailando, mientras babeas y me toqueteas el cuerpo ¡¡cap problema!! Me encanta bailar y arrambarme y mirar a los ojos y sonreir y coquetear y todo eso, pero no esperes acabar liado conmigo esta noche porque no es mi plan. Él contestó: Noooooooooo, pero si iooo tengo noooviaaa en Italliaaaa. Y yo: ah!!; Él:Ioooo si se terzia se terzia pero si non a mi lo que me gusta es la fiestaaaa. Yo: pues genial, yo lo decía porque si lo que quieres es follar, búscate a otra y no pierdas el tiempo. Él: no mujeeeerrr, voy al lavabo!! … Y ya no lo ví más. A buen entendedor…

Así que me quedé sola y sin compañero de baile, cuando apareció uno cuyo nombre no recuerdo y me dijo…”yo no me como una rosca, aquí el único que liga es mi primo, como es famosete…”. Seguí con mi mirada la dirección de su dedo, y ví, allí en la barra, sólo, cómo esperando, al chico del bar anterior.

¿Quién essss tu primoooo? ¡¡qué me suena un montóoooonnn!! Y él: un famoso de medio pelo, escribe en no sé dónde y no sé qué másss. Y entonces se me encendió la luz. Ostiaaaaaaaaaaaaaaaa, es éllllllll!!!

Con mi colocón, mi emoción, mi todo, me lancé hacia él, y le dije: ossstiaaaaaaaaaaa tú eres éllllll. Y él: sí, soy yooo!! Y yo: pero si a mi me encanta tu sección, compro ese periódico por ellaaaaaa!!. Y cuando te he visto, he pensado, ¿quién es, quién es??. Y ahora he caído…y …empecé a hablar sin parar como suelo hacer cuando siento que tengo muchas cosas que decir y muy poco tiempo. Él se reía a carcajadas mientras yo le contaba mi noche, y ME HACÍA PREGUNTASSSS. Cosa que últimamente valoro mucho, ya que los hombres a los que suelo conocer acostumbran a estar más interesados en hablar de sí mismos que en conocerme a mi. En un momento dado me dijo: Yo, te he visto en el bar anterior y ya no he podido dejar de mirarte, mientras bailabas, mientras reías, mientras le dabas calabazas al italiano aquí en la barra. Y yo: ohhhhh Diosss míoooo!!

Entonces, sin poder frenar mi diarrea verbal, me di cuenta de que me tenía cogida, muy cogida, y no sé cómo me sentí arropada entre sus brazos. Fue muy extraño, porque era cariñoso, pero a la vez, yo sabía, que un solo gesto mío sería suficiente para convertirse en algo más. Era agradable estar entre sus brazos…segunda elección de la noche…porque en mi cabeza resonaba una voz que decía: ¿por qué? si no lo conoces de nada...¿sólo por qué es famoso?.

Una voz en mi oído…me sacó de aquél maremagnum de sensaciones…Briiiidgeeeet, escuché muy pausadamente. Y al girarme me encontré con el viejecillo que olvidaba todo cada diez minutos. Salí de mi ensueño, me giré, le di la espalda al famoso y dije Paaaauuuu ¿te has acordado?. Y Pau empezó a hablar:

“Soy sueco, he vivido mucho tiempo fuera de España, la música es mi pasión. Ha habido muchas mujeres, y hoy, he decidido romper con todo lo que me unía al pasado, y pasar la recta final de mi vida en el lugar en el que nacieron mis ancestros sobreviviendo a base de tocar la guitarra y cantar mis canciones por los bares de la zona. Quiero decirte dos cosas Bridget:

- La primera, es que nunca te fíes de nadie que sólo ve en ti un físico. Tienes una luz muy intensa y muy fuerte que te sale de dentro y quien no la sabe ver, no te merece.
- La segunda, es que cuando estés enamorada de alguien y tu familia, tus amigos…la gente que te quiere…te diga que no te conviene. Déjalo, no te acerques…los que te quieren tienen razón. Porque cuando uno está enamorado no es capaz de ver en la trampa en que se está metiendo en nombre de una enfermedad a la que llaman Amor con demasiada facilidad.


Hablé con él durante horas, me explicó la historia de su nombre y las mentiras en las que vivíamos, me dijo que la felicidad podía adoptar tantas formas como personas había en el mundo. Tú tienes que encontrar la tuya, no intentes ser feliz de la manera en que los demás te dicen que lo serás.

Cuando miré a lo lejos, por la ventana, el sol había salido ya. Aún iba borracha y me apetecía aire y descanso. Así que le dije: ¿nos vamos?.

Al salir, me pararon unos maños simpatiquísimos que había conocido, y me dijeron ¿no te irás ya? Y yo: sí, sí. Él me dijo: te espero fuera. No sé cuanto tiempo pasó hasta que salí, hablé con los maños hasta que les di mi teléfono para ir al día siguiente a una isla nudista, me hice mil fotos con ellos. Desde aquí, otro saludo para aquellos cuatro chicos y aquella chica tan bestialmente enrollados. Y por la fiesta que nos pegamos a la noche siguiente. ¡Genial!.

Tras dejarlos a ellos, divisé al famoso. Me acerqué a él, y cuando me vió, me dijo: Bridget!! ¿dónde estabas? Ven que te presento a unos amigos. Me los presentó, volvió a preguntarme, ¿dónde estás alojada? ¿te lo estás pasando bien? No te vayas ahora hombre, si esto acaba de empezar. Volvía a estar entusiasmada con él y sus amigos, era un hombre realmente agradable, pero de repente, volví a verme entre sus brazos. ¿Otra vez? ¿qué está pasando? ¿por qué me encuentro aquí enredada sin siquiera darme cuenta? Esta vez reaccioné y le dije: me voy. No te vayas vaaaa. Le abracé y le dije: lo siento, voy muy borracha. Él me miró y asintió. Le di un beso y le dije: nos vemos mañana. Porque en mi borrachera pensé que lo volvería a ver. Pero no fue así.

Abrí la puerta del bar, ya ni me acordaba de Pau el viejito, y lo vi allí, sentado, esperando. Cuando salí sonrió y me dijo: ya me iba. Lo vi tan frágil y tan fuerte a la vez, me inspiró una ternura que desconocía en mi. Fue bonito. Paseamos hasta mi hotel, la brisa marina me acariciaba dulcemente mientras la borrachera iba cediendo ante el cansancio y el sueño. Me hubiera gustado tomarme un café, pero no tenía fuerzas, así que ante la puerta del hotel, miré al viejito cara a cara y le dije: ahora voy a darte el beso que te debía. Y lo besé. Suavemente, sin prisa, con un cariño muy real, muy auténtico. Fue agradable. Nunca había besado a una persona tan mayor, y sin embargo, fue un beso bonito y ningún tipo de duda me embargó al hacerlo. Era el beso que daba yo porque me apetecía, porque así lo deseaba, no porque nadie me hubiera inducido a darlo directa o indirectamente.

"¿Siempre eres tan dulce o soy un hombre afortunado?" "Eres un hombre afortunado Pau". Entonces siéntate, voy a decirte algo. Y allí sentados ante el puerto, el mar, el sol que ya quemaba y los pájaros que ya llevaban un rato sobrevolando el pueblo, me dijo: “Bridget, sigue tu luz, tienes una vida por delante, no la malgastes. A quien quiera compartirla contigo dale a bienvenida, a quien no quiera, déjalo marchar y deséale lo mejor.”

No suelo llorar, pero esa mañana las lágrimas que tanto me cuesta soltar acudieron a mis ojos por un instante, como para limpiar mi mirada y permitirme sentir que estaba viviendo un momento especial, un momento único, y que sabía valorarlo en su justa medida. Un momento que no hubiera obtenido si me hubiera dejado cegar por el brillo de la fama, del físico o de los falsos halagos. Un momento que hubiera perdido si hubiera apostado a ciegas por esa pasión a la que tanto nos cuesta renunciar, la que te hace cambiar lo que amas por una mentira que dura dos segundos, y al final, sin buscarlo, apareció la pasión más auténtica, la real, la que no lleva máscaras, la que te hace sentir que tienes sangre en las venas.

Han pasado muchas cosas en mi vida estas últimas semanas. No todas puedo ponerlas en mi blog. Aún no he llegado a la siguiente parada, pero siento que el tren está en marcha y va hacia adelante. Hay varios hombres en mi vida que me acompañan en este sexo paso, cada uno, a su manera y muchas veces sin ser consciente de ello, me acerca más a mi misma. El otro día uno de ellos, me dijo: no sé por qué se me acercan siempre mujeres con problemas, mujeres que se están buscando a sí mismas. - A lo mejor, porque tú también te estás buscando, - ¿y tú, Bridget, también te estás buscando acaso?. - No, yo me estoy encontrando, le respondí, quizá eso me aleja de ti.

Quizá eso me aleja de todos aquellos que un día decidieron que no quieren compartir su vida conmigo. Quizá es el momento de dejarlos marchar, desearles lo mejor y seguir mi luz.

A todos los demás. Gracias, otra vez, por estar ahí.

Bridget (findingme).

7 comentarios:

  1. Els teus relats impresionent de veritat!!! al lleguir et poses a la pell de la històrieta!!! perquè hauries de fer un llibre de cortos algo aií!!sort

    jamina

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  2. Secundo la propuesta!!! Tienes una narración super viva, al leer veía todo lo q contabas, como si fuera una peli!!! Por cierto, la foto de inicio es muy buena, transmite mucha fuerza!

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  3. Gracias chicas!! no sabeis los que me animan estos dos comentarios. M. Luisa, un día de estos tenemos que conocernos ¿no crees?.

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  4. Por supuesto q sí!!! En uno de mis viajes a BCN tenemos q quedar y conocernos! Tengo mucha curiosidad después de oir hablar tan bien de ti y de seguir tu blog... y q además me siento un poco voyeur leyendo tus intimidades, así q hay q poner remedio!!!

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  5. ok guapa!! Cuando vengas a BCN pídele a quien tú ya sabes mi teléfonos y nos tomamos algo ok?? A mi también me han hablado muy bien de tí.

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  6. Yo te conozco, aunque menos de lo que pensaba. Pau tiene razón, tenés luz, vida, energía, sonrisa chispeante, inteligencia, sensibilidad, mucha expresividad, emotividad y hasta un poco de "delirio espiritualista"... El conjunto es sumamente interesante! Será por eso que nunca perdí el contacto con vos? En cualquier caso, confirmo lo que dicen tus lectoras, tu narración está llena de vida (como la autora!). Te felicito y me alegra profundamente conocer esta otra faceta de tu Personalidad (en mayúscula).
    Un beso y mil ánimos!!

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  7. Un poquito sí has perdido el contacto ¿ehhh?. Te quiero muuuuuchooo!!

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